Así,de a poquito, paso a paso voy a irte restando partes de ese espacio del que te has adueñado en mi corazón.
Bendito día ese en el que decidí dejarte pasar, en el que deshice todas esas barreras que te impedían acercarte. Ese día en el que tiré a la basura todos los prejuicios y dejé de comprar ideas, para empezar a disfrutar del amor regalado. Fue celestial, pero es tiempo de regresar a la tierra.
Más bendito aún, éste en el que he decidido sacarte. Con calma, porque te amo demasiado como para sacarte de un solo golpe. Aún cuando ya lo he hecho antes con otros fulanos, contigo es totalmente distinto, porque no eres uno más, llegaste a ser en extremo especial, pero se venció tu tiempo. Es hora de irte. Será difícil, pero descuida, que no imposible.
Así, por debajo, sin hacer mucho alarde de lo que para mi es toda una hazaña. Ni siquiera tú lo sabrás, al menos no mientras no esté completado. No mientras siga doliendo.
Despacio, pero seguro. Sabes que no es cuestión de ego, es más bien instinto de conservación. Ganas de ponerle un pare a esto que me destruye por dentro, a este sentimiento entremezclado de quererte y saber que tú igual a mi, pero al mismo tiempo aborrecer tu cobardía y mis ganas de seguir a tu lado.
Es tiempo de entregarte tu ticket de una vía, despedirte con cariño y desearte que te vaya bien. Agradecida porque estuviste aquí, pero con ganas demás de que te vayas, sin planes de regresar.